La salud mental y la violencia contra las personas LGTBI
La discriminación puede generar diferentes trastornos emocionales y hasta el suicidio, como lo indica la investigación de Promsex: "Crecer siendo diferente"
Grecia Delta
Hablar de violencia basada en género es muy amplio, pero en esta ocasión quiero ser específica al resaltar un nuevo hito en políticas de salud mental en el Perú. Proteger nuestra salud mental es un tema contemporáneo y clasista, sin embargo, el 12 de octubre se publicaron ‘Los Lineamientos de política sectorial en salud mental’.
En este documento se especifica la situación de violencia y discriminación de las personas LGTBI con un enfoque de derechos humanos, de interculturalidad, de género y sobre todo interseccional. Se ha destacado información nueva en grupos de mayor vulnerabilidad como en el cuidado de la salud mental de las niñas, niños y adolescentes, considerando que no solo las mujeres pasamos por situaciones de violencia basada en género, sino también la población LGTBI.
Es decir, este diagnóstico manifiesta de manera literal que no existe predisposición genética o biológica para experimentar un trastorno mental específico y que la estigmatización y la discriminación afectan la salud mental y el acceso a servicios de salud de calidad. Esto puede generar diferentes trastornos emocionales y hasta el suicidio como lo indica la investigación de Promsex: Crecer siendo diferente (2018) que trata sobre la violencia homofóbica, transfóbica y lesbofóbica en la familia y la escuela, que invito a leer para tener una visión más panorámica de cómo ignorar este tema es seguir discriminando.
La Estrategia 3.8 de los Lineamientos de política sectorial en salud mental refiere lo siguiente:
Cuidado integral de salud mental de las personas de la comunidad LGTBI
Las personas pertenecientes a la comunidad LGTBI no tienen predisposición genética o biológica a experimentar algún trastorno mental específico. Sin embargo, esta comunidad está particularmente sujeta a experiencias de vida, como la estigmatización y la discriminación, que afectan de manera importante su salud mental, incluyendo el acceso a servicios de salud de calidad.
Es la estigmatización y no la orientación no heterosexual en sí lo que genera tensión y estrés sobre la salud mental de las personas LGTBI. A pesar de que las orientaciones no heterosexuales fueron retiradas de los manuales diagnósticos DSM y CIE a partir de la segunda mitad del siglo XX, los sistemas de salud no logran brindar un cuidado integral a esta comunidad e incluso muchos profesionales aún ven a sus miembros como enfermos y prefieren evitar tratar los problemas de salud que los aquejan.
La OMS provee recomendaciones técnicas y herramientas para el cuidado integral de las personas de la comunidad LGTBI, las cuales buscan garantizar el ejercicio pleno del derecho a la salud de esta comunidad.
Para impulsar el cambio de nuestro sistema de salud hacia la garantía del cuidado integral de la salud mental de las personas de esta comunidad, es necesario considerar las siguientes acciones:
a. El empoderamiento y despatologización de las personas LGTBI.
- La autoaceptación y la autodeterminación como mecanismos de empoderamiento en salud mental.
- La despatologización y desestigmatización de las personas LGTBI en los servicios de salud.
- La desestigmatización de las personas LGTBI en la comunidad.
b. El desarrollo de las redes comunitarias LGTBI.
c. Sensibilización y capacitación al personal de la salud en el cuidado de la salud mental de la comunidad LGTBI.
El empoderamiento y despatologización de las personas LGBTI, que incluye la autoaceptación y desestigmatización en servicios de salud y en la comunidad a través de redes comunitarias LGBTI, sensibilización y capacitación al personal de salud en el cuidado de la salud mental de la población LGBTI son iniciativas que deben concretarse en el trato cotidiano, porque ¿quién estaría a favor de la violencia y discriminación?