“La salud mental en el Perú está en crisis”, sostuvo el psiquiatra Carlos Bromley. En emergencia. Al borde del suicidio. Generando así otras enfermedades mentales en las personas que rodean a los pacientes diagnosticados y sin diagnosticar y, también, más violencia de género. Desde tiempo atrás venían gritando desde los pasillos del Hospital Victor Larco Herrera por abastecimiento de medicinas para los tratamientos. Hoy, esos pasillos tienen más pacientes pero no especialistas como lo son los psiquiatras y psicólogos que habitan más que en el imaginario. Las colas para una atención en este nosocomio se inician a las 4 de la mañana y causan más desolación frente a lo subjetivo que resultan las diferentes enfermedades mentales que se intentan comprender con la información que hay sobre cada una en la internet.

Para el más del 70% de personas que sufren de enfermedades mentales en el territorio nacional, ni para cada persona que muere a diario en el país por un suicidio y a causa de una depresión no tratada, existen suficientes alternativas. Es por ello que es importante conocer los motivos de este desabastecimiento de medicamentos para la salud mental. El Ministerio de Salud (Minsa) tiene un presupuesto asignado para cumplir con la Ley 30947 de Salud Mental, que dispone la existencia de psicofármacos desde el primer nivel de atención, según los requerimientos de los establecimientos de salud. Sean ansiolíticos o estabilizadores del estado de ánimo que, además, se encuentran en la lista de salud del Programa de medicamentos esenciales.

“Si están indicados que se compren, si existe el requerimiento, es que algo está sucediendo dentro del proceso de compra y otro problema es en la gestión de la distribución y dispensación, que hay que corregir”
, explica el especialista Bromley.

Estos medicamentos los cubre el Sistema Integral de Salud (SIS), no se cobra la psicoterapia ni la consulta y todo es financiado por el SIS. Hasta hoy, existen 248 centros de salud comunitario a nivel nacional. Ahora hay centros comunitarios y la cantidad de personas atendidas se ha incrementado, en el 2022 fueron 1 millón 349 mil aproximadamente. En el 2021, 1 millón 345 mil (Minsa). Esto significa que hay un 19.1% más, de casos atendidos. De toda la población que tiene algún problema de salud mental: la brecha es de 70% no atendidos, siendo optimistas con las cifras.

“Estuve revisando cifras y antes se estimaba que la brecha era de 90%, en estos últimos 5 años disminuyó al 80% y ahora al 73%”, agregó Bromley. 7 de cada 10 centros de salud mental comunitaria se quedaron sin medicinas en el último año. Para miles de peruanos, seguir una terapia de salud mental con medicinas en un servicio del Estado significa que algunos meses no estarán disponibles las pastillas que necesitan. En 188 de 248 centros de salud mental comunitaria del país hubo desabastecimientos de fármacos entre el 2022 y enero de este año, esto afectó a más de un millón de usuarios. Varias farmacéuticas no se presentaron a las compras corporativas que convoca, año a año, el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), lo que hace de este problema un círculo vicioso.

“El pedido para este y todos los gobiernos es que la problemática de salud mental debe ser asumida como una política de Estado. Esté el gobierno que esté, debe de incrementarse el presupuesto, pues solo el 2.3% del presupuesto total de salud está destinado a la salud mental. Queremos llegar al 6% y próximamente al 10%”, expresó Bromley. Quien destaca que este incremento del presupuesto se sumaría a las vacantes para la salud mental, así como para psiquiatras, psicólogos y asistentes sociales a nivel nacional. 

UN SUICIDIO A DIARIO EN EL PERÚ PUDO PREVENIRSE

El 70% de personas que venía sufriendo de depresión se quitaron la vida. En lo que va del 2023 ya 81 personas se han suicidado. El año pasado fueron 710, el 2021, 702. En el Perú, cada día, 1 persona se quita la vida. Lo que hay que trabajar de fondo es la prevención desde la infancia, adolescencia, hacer talleres en tema de salud mental para capacitar. Así como se habla sobre matemáticas, historia, geografía en las escuelas hay que hablarles a los niños sobre cómo tener una buena salud mental. Capacitar a padres y maestros. De lo contrario, sería como si las personas que utilizan agua contaminada de un río por no haber agua potable, siguieran tomando esa misma agua. Así se trasladen los gastroenterólogos al pueblo para solucionar los problemas diarréicos, no se resuelve el problema pues la solución es colocar agua potable en los pueblos, es decir: prevenir las enfermedades. “Tenemos que prevenir y promover la buena salud mental desde los colegios, para mí eso es básico, sino la población va a contaminarse con más problemas en su salud mental”, finalizó el médico psiquiatra.