Hoy, Día de la eliminación de la violencia contra la mujer quiero compartirte algunas reflexiones desde el corazón.

Uno de los psicólogos a los que acudí durante la depresión severa que tuve, me dijo algo muy valioso: has venido estudiando la violencia desde niña. Con todo lo que me has contado, es necesario darle un nuevo enfoque y tomar esas situaciones como vestigios antropológicos, que te sirvan para hacer las campañas de concientización que haces hoy.

Me resonó tanto lo que me dijo que agradecí por las cosas vividas. Por los conflictos familiares que presencié desde pequeña. Por las enfermedades mentales de parientes.

Hoy me siento más fuerte que durante la pandemia pero ha sido un largo proceso el redescubrirme y el abrirme a nuevas perspectivas. Redimensionarme, reconstruirme, así como maternarme y paternarme.

Hoy, mi única hermana Jazmín Belén cumple 18 años. La vida es un regalo, sí. Y hay momentos en que una puede sentirla como un castigo pero depende de una también, hacia dónde mirar.

La violencia que se vive a diario en la esfera espiritual, familiar, social, política y económica no son imaginarias, carecemos de liderazgos femeninos y feministas. Carecemos de liderazgos en los hogares, en la sociedad y en el mundo capitalista, también.

Por eso te invito a continuar reprensando en un planeta en el que la igualdad geste más espacios seguros para continuar creciendo como personas, en todas las dimensiones mencionadas y en las que no, también.

Hoy es un día para conmemorar las vidas de las mujeres que fueron asesinadas por hombres y por un sistema que no escucha sus voces, que vive a espaldas de las voluntades políticas de quienes necesitan ser incluidas.

Hoy es un día para continuar conversando sobre la mesa de todos los hogares por qué es que la violencia siempre encarnó el rostro de algún varón, así como todas las guerras en la historia de la humanidad.

La paz es un derecho humano, recuérdalo siempre.