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foto: redes sociales de shakira oficial

Hurgan entre las sábanas, escarban en la herida, venden carne

Prensa carroñera: el morbo como carnada, la dignidad como precio.

El buitre se alimenta de la carne expuesta, espera a que la presa esté débil o muerta para descender y devorar sin remordimientos. No caza, no ataca, solo observa, espera y desgarra.

Grecia Delta

Publicado: 2025-02-19

Hay límites entre lo privado y la violación de la privacidad que podría afectar hasta la salud. Así como entre la información irrelevante y datos que nutren alguna historia periodística o crónica. Resulta hasta violento que manoseen información tan sensible como sobre tu propia salud.

Está muy normalizado mediatizar la vida de personas humildes, hurgar entre las sábanas de tu casa de esteras, también, pero qué bueno que Shakira sea el pretexto para que se toque un tema tan profundo como este. Seudo periodistas como Magaly Medina, Beto Ortíz, Andrea Llosa y otros, lo hacen.

La lista es larga. Hay una línea muy delgada entre el derecho a la información y la invasión de la privacidad, y en muchos casos, los periodistas, productores de programas y directores de noticieros la cruzan sin pudor. Lo más preocupante es cómo se naturaliza el escarnio público cuando se trata de personas humildes, mientras que cuando afecta a figuras de poder o celebridades, el debate sobre los límites éticos se vuelve más visible. 

Lo de Shakira es un buen pretexto para reflexionar sobre el sensacionalismo en el periodismo, pero este fenómeno viene de mucho antes y sigue afectando a quienes no tienen el mismo poder mediático para defenderse. Es un problema estructural que responde a una audiencia que ha sido alimentada con morbo y voyeurismo. 

El Estado debería establecer regulaciones más estrictas sobre la privacidad y el tratamiento de información sensible en los medios. En muchos países, las leyes de protección de datos y derechos de imagen existen, pero se aplican de forma laxa o solo cuando las víctimas tienen recursos para defenderse legalmente. Sanciones efectivas, reducirían estos abusos.

Algunas opciones podrían ser:

Regulación de los contenidos en medios masivos: Establecer normas más claras sobre el tratamiento de datos personales y la difusión de información íntima, especialmente en casos que no tengan un interés público legítimo.

Sanciones más severas: Aplicar multas elevadas y sanciones legales para medios y periodistas que vulneren la privacidad de las personas, sobre todo si la exposición afecta su salud o bienestar.

Protección especial para poblaciones vulnerables: Crear protocolos específicos para evitar la revictimización de personas en situación de pobreza, víctimas de violencia de género o menores de edad.

Observatorios y defensorías de medios: Fortalecer organismos independientes que supervisen el tratamiento de la información y actúen rápidamente ante denuncias de violaciones éticas.

Educación mediática: Incluir en la educación escolar y universitaria formación sobre derechos digitales y ética periodística para que la sociedad tenga más herramientas para exigir respeto a la privacidad.

La base de todo es la educación en valores, y si desde casa se enseña el respeto por la privacidad y la dignidad ajena, sería más difícil que los futuros periodistas o comunicadores caigan en el morbo y el sensacionalismo.

El problema es que muchas veces los medios refuerzan una cultura del chisme y la exposición sin consentimiento, y eso se normaliza desde edades tempranas. Si la sociedad premiara la ética tanto como premia el escándalo, otro sería el panorama.

El periodismo carroñero no informa, desgarra. No busca la verdad, ni educa, huele la sangre y distorsiona la realidad. Se mete en tu casa, en tu cama, en tu cuerpo, y cuando ya no queda nada, busca otra presa. Como un buitre, no caza ni ataca, solo observa, espera y desgarra. Se alimenta de la carne expuesta, desciende cuando estás débil, devora sin remordimientos y consigue el rating soñado.


Escrito por

Grecia Delta

Escribo, luego existo. Género, interculturalidad e interseccionalidad. Autora de "La ideología del amor". Sígueme en Twitter: @greciadelta


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Proletaria de las palabras. El universo el límite. @greciadelta