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foto: mariposa caotica en "la poesia salva" en gato tulipan

¿Y quién cuida a las hijas? Mayo, salud mental y herencias invisibles

En el Mes de la Salud Mental, siendo hija de padres con discapacidades psíquicas reflexiono sobre el arte como lenguaje para las niñas que aprendieron a cuidar antes de hablar.

Hoy me nombro desde la palabra y la poesía, como quien devuelve luz a su linaje.

Grecia Delta

Publicado: hace 2 horas


Mayo, el mes de la maternidad. Algunas nacimos madres, siendo niñas. Y de adultas, pro aborto. Mi papá nació con disfunción cerebral mínima. Mi mamá es paciente con trastorno de bipolaridad. En casa se hablaba poco y se gritaba o lloraba mucho. Yo aprendí pronto a leer estados de ánimo, a presentir tormentas. No había diagnóstico que calmara el miedo de una niña que no entendía por qué sus padres a veces se perdían, aunque sin salir de casa.

Crecí sin manual. Con amor, sí, pero también con silencios. En 2021, a los 31 años, fui diagnosticada con depresión severa. Fue como si por fin alguien pusiera palabras a lo que había sentido durante años. Desde entonces he transitado un proceso de tratamiento profundo, y hoy me siento mejor. Más fuerte. Con más energía y la posibilidad de verbalizar lo que antes solo podía escribir.

Mayo también es el Mes de la Concienciación sobre la Salud Mental y el 07, el Día Mundial de la Salud Mental Materna, así como todo el año debería serlo. Se visibilizan campañas sobre la importancia de pedir ayuda, de ir a terapia, de cuidar la mente como se cuida al cuerpo. Pero poco se dice de quienes crecimos cuidando la mente de otros. De quienes heredamos, sin nombre ni título, una sensibilidad que no siempre encaja con el mundo, pero que igual seguimos defendiendo como podemos. Volviéndonos en maestras del cuidado de la salud mental o expertas en estándares de calidad sobre las políticas públicas para las personas con discapacidades, sin anhelarlo.

En este mes, me pregunto: ¿dónde están las hijas como yo? Las redes sociales se llenan de consejos sobre meditar, respirar, tener una red de apoyo. Pero poco se dice de las que crecimos cuidando mentes adultas y heridas con nuestras manos pequeñas y en crecimiento. Las que fuimos calma en la tormenta ajena. Las que callamos, para no estorbar la locura de los grandes.

Hace unos días, encontré un nuevo espacio de desarrollo con un enfoque humano. Se llama ¿Ahora sí parezco? y es un taller de collage que convoca la artista Isabella Pajares, también conocida como Mariposa Caótica. Isabella tiene 21 años, estudia Psicología, convive con el autismo y la discalculia. Y ha hecho del arte un lenguaje para resistir y respirar.

Su taller —que se realizará el 31 de mayo en la librería Placeres Compulsivos desde las 3:30 p.m.— no busca corregir ni enseñar a encajar. Es un espacio para desarmarse y rearmarse. Para mirar los fragmentos. Para decir: esto también soy. Incluso cuando la sociedad o tu propia familia dice que no lo pareces.

Isabella no estudió arte. Aprendió desde la ansiedad. Desde la urgencia. Desde la necesidad de sobrevivirse. Como muchas. Como yo. Como tantas que encontramos en el papel, en los recortes, en los versos, una manera de nombrar lo que no supimos decir a tiempo.

Y en ese gesto —pequeño, poderoso— nos salva.

Este mayo no quiero hablar solo de terapias ni de neurociencias. Quiero hablar del cuidado que se hereda y se transforma. De la salud mental como una red afectiva, como un lenguaje nuevo, como una forma de ternura política. Para eso he abierto un espacio virtual al que titulé "Lo que no dije", un taller de escritura creativa que nació de mi necesidad de nombrar lo innombrable, al entender que el cerebro no está condenado a repetir lo que le dolió.

Puede rediseñarse, como un mapa que se abre para marcar nuevos caminos. La neuroplasticidad no es solo un término científico: es la prueba viva de que también podemos convertir el daño en ofrenda, la herida en puente, el silencio en poema. Las citas son los viernes 16, 23 y 30 de mayo desde las 7 p.m. 

Muy pronto les compartiré buenas nuevas sobre un poemario que publicaré el año que viene y en relación a la coherencia sobre lo que pensamos, decimos y hacemos. Por las que cuidamos siendo niñas. Las que callamos siendo adultas. Las que hoy, por fin, empezamos a decir lo que sentimos. Tomando un espacio propio, digno de cada ser humano con derecho a ser alguien por sí misma. 


Escrito por

Grecia Delta

Escribo, luego existo. Género, interculturalidad e interseccionalidad. Autora de "La ideología del amor". Sígueme en Twitter: @greciadelta


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Proletaria de las palabras. El universo el límite. @greciadelta