El fuego de la escritura: transformar la culpa y la vergüenza en poder
Como una chispa de palabras para sanar, el arte se convierte en una herramienta vital de resistencia contra el silencio que oprime y enferma en la librería "Una tribu", el domingo 28 de setiembre en Miraflores.
Me parto en la calma y de la grieta nace una luz que ilumina mi refugio.
La memoria es un peso cuando un equipaje lleno de culpas y vergüenzas que no nos pertenecen, pero que cargamos como si fueran nuestras nos lacera la espalda. La sociedad, la familia, las expectativas ajenas, todas ellas se confabulan para susurrarnos al oído que no somos suficientes, que hay algo inherentemente roto en nosotras. Y ese susurro se convierte en una voz repetitiva que nos condena al silencio, a la soledad, al aislamiento.
Es en ese silencio donde se reproducen las células negativas convirtiéndose en enfermedades. Las cifras del Ministerio de Salud (Minsa) son el eco de miles de almas que se apagan lentamente, de historias que no encuentran un cauce para ser contadas. En un país donde la salud mental sigue siendo un lujo, donde la depresión y la ansiedad son vistas como debilidades, espacios como el que se nos presenta este 28 de setiembre en Miraflores son más que necesarios: son actos de resistencia.

foto: rebeca diaz, psicóloga. festival rebel girl (segundo día)
El poder de la escritura y el arte no son una simple creencia; están respaldados por la ciencia. Investigaciones a nivel global, y específicamente en países de habla hispana como el nuestro, han demostrado que la escritura expresiva, donde se narra sobre experiencias traumáticas o estresantes, puede reducir significativamente los síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático.
Un metaanálisis de 50 estudios sobre escritura expresiva, realizado por la revista Academia y Virtualidad, confirmó que esta práctica, al ayudar a exteriorizar y dar forma a las emociones, tiene un impacto positivo en el bienestar psicológico.
De manera similar, la arteterapia ha probado ser una vía poderosa para la sanación. Un estudio de la Universidad de los Andes en Colombia documentó cómo la creación artística, ya sea a través de la escritura, la pintura o la danza, ayuda a las personas a gestionar emociones, resolver conflictos y mejorar su autoestima. Se trata de un complemento invaluable, especialmente para quienes encuentran difícil verbalizar lo que sienten.
"Escribir para hacer arder la vergüenza" es un espacio donde la escritura se convierte en el fuego que calcina el miedo, la culpa y la vergüenza. Es la oportunidad de tomar tu propia voz, no para redactar una queja, sino para escribir un acto de liberación. Para reconocer que esas heridas no son un castigo, sino el mapa de una historia de supervivencia. Que sanar no es olvidar, sino transformar el dolor en una fuerza vital.

fotógrafo: Daniel Tello Villar
Este encuentro feminista nos recuerda que no estamos solas. Que las cargas que creemos únicas son en realidad un eco compartido por muchas. Porque el dolor, cuando se nombra, se vuelve menos agobiante. Y la vergüenza, cuando se pone en el papel, pierde su poder. Se convierte en ceniza.
El lema “La vergüenza y la culpa no son tuyas” es una invitación a la justicia personal que será acompañada por profesionales de la salud mental en este espacio seguro. Es un recordatorio de que no somos responsables de las violencias que hemos sufrido, de las expectativas que no cumplimos, de las heridas que nos fueron infligidas. Pero sí somos dueñas de nuestra sanación.
La escritura, en este contexto, no es una técnica literaria, sino un ritual de sanación. Una forma de encontrar la propia voz para narrar la propia historia. Y si esa historia puede convertirse en un fanzine o un poema, si puede ser compartida y abrazada por otras, entonces esa carga se vuelve poder colectivo. Porque cada palabra que nace de la verdad, cada verso que habita una memoria, es un acto de valentía.
La sanación, como el fuego, tiene un propósito: iluminar. Y en este evento, el objetivo es encender la chispa que nos permita ser justas con nosotras mismas. No hay mejor forma de honrar nuestra historia que transformándola en luz para el camino. Y para eso, solo necesitamos la voluntad de prenderle fuego a lo que ya no nos sirve.
La invitación es para todas quienes deseen empoderarse en colectivo. También hacemos un agradecimiento especial a Daniel Tello Villar por donarnos el registro fotográfico del Festival Rebel Girl que cocreamos el 8 de marzo. Vengan. Abrazos.
