Ser una persona LGTTTBIQA+ en algunos países como Canadá, Estados Unidos, Australia o como en varios de Europa, es sinónimo de respeto, tolerancia e inclusión, de goce de derechos y por ende, calidad de vida. En Perú y Latinoamérica anhelamos esos espacios seguros para desarrollarnos sin violencias y a plenitud pero las autoridades legitiman los discursos de odio a través de las políticas públicas que son emitidas por personas que replican lo que aprendieron en casa: en su núcleo familiar discriminatorio.

La discriminación en un delito que puede ser sancionado con años de cárcel pero está tan normalizada que nos cuesta, como seres humanos individuales, salir de este tipo de círculos de violencia como sociedad, replicado como bucle por las y los burócratas. Ciudadanas y ciudadanos que pagamos impuestos como tú o como yo.

Aún así, este 2024, se conmemora el centenario de un hito histórico que marcó un antes y un después, el fallo que despenalizó la homosexualidad como delito. Desde 1924, los derechos y deberes en el campo de la sexualidad y la reproducción han ido evolucionando, pero con la Presidenta de la República Dina Boluarte, a quien nadie eligió y el Congreso de la República actual que no nos representa, que no emite leyes favorables para el bien común sino para bandas criminales y corruptas; la mejora de la calidad de vida de todas y todos, la salud mental de millones de personas vivimos en este país, continúa perjudicándose.

Para malos ejemplos sobre ese daño social que se divulga con odio, están: el proyecto de ley sobre adopción prenatal, la propuesta sobre duelo gestacional, la ley que elimina el lenguaje inclusivo, o la iniciativa que buscaba cambiar el nombre del Ministerio de la Mujer por el de la Familia, entre otros.

El Ejecutivo —y, en particular, el Ministerio de Salud (Minsa)— ignoran los avances en la conceptualización de estos derechos que, como repito, se ejercen ya en otros países del mundo. Otro mal ejemplo es la reciente norma que hace retroceder al país, al menos 30 años, definiendo a la orientación sexual y a la identidad de género como patologías de salud mental.

Con la aprobación del Decreto Supremo Nº 009-2024-SA, el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS) ha incluido definiciones como “transexualismo”, “transvestismo de rol dual”, “trastorno de la identidad de género en la niñez”, “otros trastornos de la identidad de género”, “trastorno de la identidad de género no especificado”, “transvestismo fetichista” y “orientación sexual egodistónica”.

En esa línea me pregunto y les pregunto: ¿amar es una enfermedad? Nada que curar: la diversidad no es una enfermedad. Las graves consecuencias para las personas LGTTTBIQA+ —con especial consideración y énfasis en las personas trans—, aumenta su vulnerabilidad al exponerlas a múltiples formas de violencia y discriminación, con una norma que denigra a las personas trans y legitima prejuicios y más estigmas sobre ellas.

Pero les recuerdo, no estamos solas ni solos. En paralelo, en el planeta Tierra, las organizaciones de la sociedad civil: LGBTQ+ Victory Institute (Estados Unidos), Corporación Caribe Afirmativo (Colombia), Yaaj Transformando tu Vida A.C. (México), Centro para el Desarrollo y la Cooperación LGTBI SOMOS CDC (Honduras), Diversidad Dominicana (República Dominicana) y el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos – Promsex (Perú) buscan promover, visibilizar y fortalecer la participación política y ciudadana de la población LGTTTBIQA+ en América Latina y el Caribe, con el observatorio regional que generará información detallada, dando seguimiento a las experiencias de candidaturas abiertamente LGTTTBIQA+ y visibilizando la violencia política y amenazas a los derechos humanos.

La finalidad es construir espacios seguros para todas y todos, para que todas las personas sean respetadas y puedan participar plenamente en los asuntos políticos sin miedo a la discriminación o violencia. En el 2024, el Foro Económico Mundial, en su reporte anual de riesgos, reveló la desinformación y la información falsa como la principal amenaza a la democracia global.

Para exponer estos logros y desafíos, el trabajo de este observatorio publicará la primera “Encuesta sobre la participación política de las personas LGBTIQ+ en América Latina y el Caribe”, sobre personas de la diversidad sexual y de género que participan activamente en la vida política, es decir, votantes, militantes de partidos políticos, activistas, candidatas, cargos electos o designados, etc.

Las personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales y demás diversidades de género somos dignas de respeto y merecemos ejercer nuestros derechos, así como lo hacemos con nuestros deberes. En esa misma línea es que he desarrollado conversatorios sobre la primera novela que publiqué el 08 de marzo del 2022 en Lima y que presenté en Nueva York (2022), Madrid (2023) y próximamente en Huancayo, Junín, con la intención de continuar debatiendo sobre “La ideología del amor” y los conceptos relacionados con el autocuidado y los espacios seguros en nuestra propia casa.

El aforo es limitado y el ser humano, amplio, infinito, que se delimita en un universo lleno de posibilidades vivibles, como vemos que sí es posible en algunos estados a nivel mundial. Nuestro país es una nación en la que habitamos personas que practicamos el respeto como un valor fundamental, decisor pese a que puedan existir familiares que replican la violencia multidimencionalmente como hábito o, con trastornos mentales no diagnosticados, en todo el sistema estatal.

Sí, es urgente que las autoridades o personas que nos representan admitan que la corrupción y los discursos de odio, generan más inestabilidad económica y mellan la dignidad de los seres humanos que tenemos el derecho inalienable a vivir en paz. Las y los espero en la Plaza de Huamanmarca a las 2 p.m. este 22 de junio, en la Feria del libro de Huancayo para continuar intercambiando algunas ideas sobre cómo contribuir a vivir en armonía desde el plano personal.

Nos abrazo y no se olviden que el sábado 29 de junio tenemos una cita, también.

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